Compromiso y transparencia brillan por su ausencia en la Junta de Castilla y León
La Junta de Castilla y León como cliente de tecnologías TIC, (Tecnologías de la Información y las Comunicaciones), tiene un peso específico determinante para el mantenimiento y el crecimiento de este sector en nuestra región, de hecho se puede considerar que es la mayor empresa tecnológica de Castilla y León. Según nuestras estimaciones es posible que entre recursos directos e indirectos disponga de más de 350 personas dedicadas al sector tecnológico y que maneje un presupuesto, entre gasto e inversión, de varias decenas de millones de euros.
Esto, que bien podría representar una gran oportunidad para el sector TIC de Castilla y León, se convierte en un elemento perverso de distorsión, pues las adquisición de bienes y servicios de la Junta de Castilla y León a las empresas de la región, -empresas PYMES,- es nula ó mínima; la gran mayoría de este negocio se concentra en multinacionales, que acceden a macro-concursos que por sus condiciones de concepción eliminan -muchas veces de manera deliberada,- la posibilidad de concurrir a las PYMES, o lo que es peor aún, se realizan a través del denominado sistema de compras “Catálogo de Patrimonio Nacional”, sistema este, que permite comprar de forma opaca y poco transparente, sin competencia, sin apenas fiscalización ni control, y al que contadas empresas de la región pueden acceder. La incapacidad para poder reunir los exigentes requisitos de clasificación pensados para grandes empresas y multinacionales, no permiten a la mayoría de nuestras empresas poder acceder a la homologación de sus bienes y servicios.
Algunas comunidades han creado en su autonomía este sistema de compra, pero adaptado a las características de sus empresas, precisamente para todo lo contrario, para homologar a empresas regionales y proporcionarles una vía preferencial a la hora de sus adquisiciones, y de esta manera contribuir al mantenimiento del empleo interno, y al crecimiento de sus empresas, de manera que estas puedan ser competitivas en el mercado nacional e internacional, generando riqueza en su propia región.
Es necesario que se tomen medidas para la eliminación del sistema de compras por catalogo nacional de patrimonio, pues es este un sistema injusto y a todas luces lesivo y discriminatorio para las empresas TIC de nuestra región, y esto tiene que venir de una directriz política, pues la parte técnica sólo es la ejecutora del sistema de adquisición preferido por nuestros políticos, mediante el cual no tienen que rendir cuentas de sus adquisiciones y contrataciones.
Este momento que vivimos, en el que ya casi todos nuestros políticos están convencidos de que las reglas de la democracia deben pasar por la transparencia y por el acceso público a la información, esta Federación es incapaz desde hace años de conocer las adjudicaciones que se han realizado en materia TIC mediante las compras por catalogo de patrimonio nacional. En los últimos años calculamos que han sido más de 100M de euros, los que han caído en manos de grandes empresas foráneas y multinacionales. Con estos números, en Castilla y León las empresas TIC hubiéramos creado miles de puestos de trabajo, y además hubiéramos sostenido el empleo de muchas empresas que han tenido que cerrar.
Los empresarios de esta región no pueden entender esta falta de sensibilidad hacia sus empresas, sin duda mal endémico de esta región, pero a fin de cuentas, resultado de un déficit de inteligencia económica de nuestra administración. Y esto no es un problema exclusivo del sector TIC, pues en otros sectores donde la capacidad de compra e inversión de la administración es determinante ocurre lo mismo, cabe citar como ejemplo el de las infraestructuras, obra civil, limpiezas, etc.…
Alguien debería decir a nuestro presidente, obnubilado por el boato de las multinacionales, que despierte, que tiene mucho más que el carbón de Castilla y León que defender, sectores con mucho más futuro; y que este abandono ha tenido como consecuencia la pérdida y práctica desaparición de otras economías destacadas de la región, como el sector financiero, las telecomunicaciones, las energías renovables, etc., sectores que verdaderamente podrían asegurar el crecimiento y la subsistencia a largo plazo de nuestra economía regional.
Si todo son grandes empresas foráneas y multinacionales, no nos quedará más remedio que revivir los pasos de nuestros padres y abuelos en los años 50 y 60 y emigrar, como ya están haciendo actualmente nuestros hijos en busca de un futuro digno.
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